Pobreza y Caridad





Introducción


El término “pobreza” presenta dificultad de definición, debido a la amplitud de la acepción y los matices que éste presenta.
Sin embargo, ideas de falta, necesidad y carencia se encuentran siempre como fundamento de la noción de pobreza. Los pobres son los necesitados, los débiles, los desamparados.
M. Mollat define al pobre como una persona que “de manera permanente o temporal, se encuentra en una situación de debilidad, de dependencia, de humillación, caracterizada por estar privado de los medios (variables según las épocas y las sociedades), de potencia y de consideración social. Viviendo al día, no tiene ninguna posibilidad de levantarse sin la ayuda ajena.”
La definición de Mollat es muy amplia, y recoge tanto a los individuos que practican la pobreza de manera  voluntaria  (vida  ascética)  como  a  los  que  lo  son  involuntariamente.  Nosotros nos centraremos solamente en el segundo grupo, en aquellos que no eligieron la pobreza como forma de vida.

Maza Zorrilla diferencia:


Pobreza: idea relativa de carencia.
Indigencia: estado en el cual las necesidades esenciales, de forma intermitente, no pueden ser satisfechas.
Miseria: Indigencia permanente.
Pauperismo: Miseria que afecta a un conjunto de individuos





Historia de la pobreza y la caridad

Baja Edad Media (XI a XIV) Orígenes de la Asistencia Social

  è CAUSAS POBREZA

La cuestión de la pobreza se plantea hacia el siglo XVI (Edad Moderna). Sin embargo, esta realidad histórica es una herencia de la Edad Media. La principal causa de la pobreza estaba estrechamente relacionada con la estructura social de aquel momento: un sistema socioeconómico generador de tajantes desequilibrios en el reparto social.
Además, esta estructura se ve agravada por distintas situaciones coyunturales como pueden ser las guerras,  las  enfermedades  (causadas  por  las  deficiencias  en  los  cuidados  higiénicos)  o  las  crisis agrícolas. Esta última situación, las crisis agrícolas, tenía una repercusión muy amplia, ya que la actividad rural constituía la base en la que se apoyaban todas las otras. En un sistema agrícola de subsistencia como aquel, las capas bajas de la población estaban siempre expuestas a la carencia originada por una mala cosecha.






èCONCEPCIÓN DEL MOMENTO DE LA POBREZA Y LA CARIDAD: FUNCIÓN ESPIRITUAL
   


En la Edad Media, predomina el tradicional sentido cristiano de la pobreza. El punto de referencia en  la  conformación  de  las  ideas  acerca  de  la  pobreza  y  de  las  actitudes  misericordiosas  será  la Sagrada Escritura. El pobre representaba al Cristo necesitado en la tierra, era un pecador elegido para expiar sus culpas y acceder a la salvación eterna. Además de su propia salvación, procuraba también la salvación del rico, quien podía salvarse ejerciendo el acto de la limosna. Por lo tanto, se consideraba que Dios había querido que hubiera pobres para que los ricos tuvieran la ocasión de redimir sus pecados, cumpliendo así  una  función  espiritual.  Riqueza  y  pobreza  eran  situaciones complementarias,  que  cobran  sentido  en  un  contexto  ideológico  que  hace  percibir  el  orden existente como natural e inmutable.



è FUNCIÓN SOCIAL DE LA POBREZA Y LA CARIDAD

Además de la función espiritual, la limosna cumple con una función social, es una forma primaria de asistencia social derivada de un acto personal, individual. En aquella sociedad estamental de estricta jerarquización vertical, la caridad asume una función reguladora ya que gracias a ella se subliman las tensiones del sistema. La limosna redistribuía los bienes sin alterar el orden social ni las condiciones que generaron la dependencia y la exclusión.  La limosna fue una estrategia de justificación de la riqueza y de preservarla.


è ORGANIZACIÓN DE LA CARIDAD

La Iglesia fue la institución que se consagró como mediadora entre los pobres y los ricos, como receptora de las donaciones, y en gestora y redistribuidora de la riqueza de los cristianos. Con estas donaciones se crearon las instituciones más importantes de la Edad Media para la asistencia de los pobres: los hospitales. Los pobres fueron casi los únicos clientes de estas instituciones, las cuales les ofrecían la acogida más que la asistencia sanitaria en sí.



è CLASIFICACIÓN DE LOS POBRES

Cabe  hacer  distinción  entre  los  pobres  insertados  en  la comunidad  de  aquella  época  que  los  socorría  y  los  pobres marginados.
Entre los pobres insertados, destacan los  denominados  “pobres de solemnidad”, estos eran los desamparados en razón de la edad (los  viejos  y  los  niños),  del  sexo  (las  viudas),  de  la  salud  (los enfermos, sobre todo los leprosos).

Dentro  de  los  pobres  insertados  están  también  los  pobres vergonzantes  (aquellos que habiendo poseído bienes los habían perdido) y los laboriosos  (aquellos que aun  trabajando su trabajo no les permitía asegurar la subsistencia).




è RITUALIZACIÓN DE LA CARIDAD Y LA POBREZA

En muchos casos, la limosna fue acompañada de ostentación y teatralidad por parte del rico. Esta teatralidad  se  inmiscuye  en  la  Iglesia  y  la  caridad  para  a  formar  parte  de  una  ritualización, representada en ritos como el lavado de los pies a doce pobres o la invitación a doce pobres a la mesa del monasterio junto a los monjes en días especiales como Cuaresma o Navidad.
También los pobres ejercitaron la teatralidad. Los mendigos inventaron técnicas para despertar los sentimientos de los posibles donantes. El cuerpo, su única posesión, jugó un papel fundamental: expusieron las enfermedades, los achaques, las deformaciones físicas, simularon ceguera o cojera, gimieron mostrando llagas…




è FINAL DE LA EDAD MEDIA: REBELIONES

A pesar de la construcción ideológica formada y del mantenimiento del orden social, ya a finales de la Edad Media surgieron rebeliones de los pobres reclamando alimentos, vestidos o cobijo.  Estos estallidos  de  violencia,  produjeron  la  transformación  del  sentimiento  de  compasión  a  temor  y rechazo.



Inicios  Edad  Moderna  (XIV  a  XVI)  Comienzo  intervención  de  poderes  públicos  en  la asistencia de los pobres



è CAUSAS

Los inicios de la Edad Moderna están marcados por un fuerte incremento de la pobreza. Esto se debe principalmente, y como ya venía ocurriendo en la Edad Media, por la naturaleza estructural de la economía.  También influyeron situaciones coyunturales como la crisis o  el  aumento demográfico. Al aumentar tanto la población, y contando con el estancamiento de la economía, se aumentan  los  precios  y  el  nivel  de  vida  disminuye,  provocando  un  aumento  de  la  población pauperizable.

è CONCEPCIÓN DEL MOMENTO DE LA POBREZA Y LA CARIDAD

Las  revueltas  ocasionadas  por  los  pobres,  que  cada  vez  eran  más,  estimularon  un  cambio  en  la visión reverencial de la pobreza, propia de la Eda Media. El pobre deja de ser el representante de Cristo en la tierra y se va transformando a los ojos de la sociedad en un potente peligro, transmisor de enfermedades y epidemias. Además, hay que contar que, con la aparición del primer capitalismo, la imagen del pobre se transforma en un “no trabajador”.
Aun  así,  hay  que  tener  en  cuenta  que  la  doctrina  cristiana  diferencia  dos  tipos  de  pobreza,  la pobreza no elegida, involuntaria, de la voluntaria. La primera corresponde al ámbito del espíritu y la segunda a lo material.




è REFORMA DE LA INSTITUCIÓN CARITATIVA

La Edad Moderna se considera el punto de partida de la nueva política social de reorganización de la asistencia al pobre.  Hay  que  tener  en  cuenta  la  clasificación  anterior  de  “pobres  verdaderos” (involuntarios)  y  “pobres  falsos”  (voluntarios),  ya  que  para  los  primeros  permanecerán  las posibilidades  de  atención  a  través  de  la  limosna,  mientras  que  los  falsos  serán  internados  en instituciones  para  trabajar  como  medio  de  represión.  La excusa era la reinserción laboral y la adquisición de nuevos hábitos y valores morales que les ayudasen a integrarse en la sociedad. Pero en  realidad,  en  el  trasfondo  de  esta  medida  se  divisa  la  forma  de  castigar  al  delincuente  y  de habituarlo a la disciplina de producción, transformando a personas devenidas por las fluctuaciones económicas  en  vagabundos,  en  clase  obrera.  Además, el recogimiento de los pobres evitaba el contagio de enfermedades y reducía notablemente el coste de subsistencia para los necesitados.
Uno de los personajes más influyentes de esta reforma de la caridad fue el humanista español J.L.
Vives, con su libro De Subventione pauperum.

è LA POBREZA EN ESPAÑA

La situación en España era básicamente similar a la de Europa, con la diferencia de que en España se  vivió  un  período  de  optimismo  antes  de  las  crisis  agrícolas.  Estas hicieron proliferar la mendicidad.
Por  ello,  se  llevan  a  cabo  disposiciones  legislativas,  primeramente  más  laxas,  pero,  debido  a  su incumplimiento, se endurecen. Esto se ve representado en la norma de 1940, que obliga a trabajar a los mendigos. En lo referente a esta norma, se vislumbran tanto opiniones a favor como en contra, de las que la mayor parte está en desacuerdo con ella y llevan al no cumplimiento de la norma, a pesar de que el pauperismo seguía aumentando.
Esta situación provoca que las Cortes de Castilla tomen por primera vez la pobreza como un tema de preocupación real del momento.  Varios proyectos y tratados son dirigidos a enmendar la situación, los cuales proponían una reforma en la que el trabajo forme parte básica del tratamiento asistencial al pobre y de la solución del problema de la mendicidad.




Segunda mitad Edad Moderna (XVI a XVIII) Intervención estatal: beneficencia pública

A finales del siglo XVI comienza la secularización de la caridad. Esta va entrando en el ámbito de lo público, aunque la Iglesia sigue teniendo una presencia importante.
El contexto del momento estuvo marcado por la Ilustración, en la cual la razón crítica impulsará la búsqueda de causas. Es por esto que el pauperismo  se  convierta  en una  preocupación  como fenómeno  de  masas  y  se  le busque su utilidad.
El trabajo se utilizó como terapia contra la pobreza, y la indigencia estuvo fuertemente vinculada a la holgazanería.  En  la mentalidad del momento, los necesitados  no  deberían  recibir  ayuda  sin  realizar  nada  a  cambio,  si  no  que  debían  ganarla desarrollando  alguna  labor  provechosa  para  la  sociedad.  Esta labor, la cual tomó un  matiz carcelario, era realizada en las casas de trabajo, en las cuales las condiciones de vida eran muy duras.
Dada la disminución de la influencia de la Iglesia, cabe destacar la gran disminución de las acciones sociales individuales fundamentadas en la ética católica. Esto fue un estímulo añadido para que las acciones de ayuda pasasen a responsabilidad estatal.

Otra  gran  influencia  del  momento  fue  la  educación,  motor  de  prevención  de  la  miseria  y contribuyente  al  progreso  social.  Las  escuelas  de  pobres  fueron  un  medio  para  educar  en  la obediencia, transmitir hábitos de trabajo y respeto a la ley y el orden


Edad contemporánea (XIX a actualidad) Justicia Social: Derechos sociales


Con el pensamiento ilustrado como base ideológica, el siglo XIX se ve influenciado por la Revolución Industrial, el Laissez faire y sus consecuencias: concentración de medios de producción en pocas manos, indefensión de los obreros, explotación sistemática, deterioro calidad de vida, desempleo…




A toda esta problemática se la definió como cuestión social. Se reivindicaba la función social del Estado como solución. Surgen planteamientos sobre si el individuo es responsable o no de su propia situación, lo que supone la responsabilidad de la sociedad en este asunto. Así se va planteando que
la  pobreza  no  se  puede  solucionar  con  medidas  asistenciales  o  represoras,  si  no  con  medidas preventivas y de seguro social.
Este  planteamiento  desemboca  en  la  creación  del  Estado  de  Bienestar,  que  supone  la responsabilidad  estatal  en  temas  como  la  educación,  la  sanidad,  las  pensiones,  las  ayudas familiares y la vivienda, entendiendo todo esto como derechos sociales que las personas tienen por el mero hecho de ser personas.
A  partir  de  la  crisis  del  petróleo  de  1973,  se  reduce el  crecimiento  económico,  produciendo  una marcha atrás del Estado de Bienestar. Las ideologías neoliberales culpan a este de la crisis y ven la solución en la reducción de políticas sociales. Otros analistas consideran que estas medidas son una forma de hacer prevalecer los intereses de las clases altas sobre el interés general.
La pobreza sigue siendo pues, tema de reflexión y debate. La gravedad del problema subraya la necesidad de movilizar los fondos necesarios para alcanzar el objetivo de reducirla.






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